miércoles, 12 de mayo de 2010

Códigos para el guión de cómic

¿Códigos? Códigos... sí. Podría denominarlos acotaciones, pero a mi humilde entender es más preciso códigos, entendidos en su acepción de "sistema de reglas para dar forma a un mensaje". Además, es una forma de diferenciar por nomenclatura los apuntamientos del guión para audiovisual del de cómic. Dicho esto, he de confesar que la mayoría de códigos que uso los he extraído de un par de manuales del fantástico guionista norteamericano Kurt Busiek. Desde el primer momento me gustó su forma de trabajar y eso ha hecho que le copie en bastantes cuestiones a la hora de elaborar un guión. En fin, sin más preámbulos, he aquí los códigos que más uso en los guiones:


Pero no sólo uso los códigos que afectan directamente al formato del diálogo, sino que también están los que aluden a los efectos de rotulación. Hay que tener en cuenta que el tipo de letra estándar en los cómics es la mayúscula. Por lo general, los cuadros se rotulan en cursiva mayúscula y los efectos sonoros como los títulos en "rotulado visual", estilo abierto que normalmente se deja al rotulista (a menos que el escritor o el artista puedan especificar un estilo particular si él o ella tienen uno en mente). Los más habituales son:


martes, 11 de mayo de 2010

Sobre formatos de guión I


Me costó bastante tiempo encontrar un formato a mi gusto para escribir los guiones. He de confesar que desde el comienzo buscaba una fórmula que aunara buena presentación y  comodidad, algo que me ha ralentizado más de lo que yo esperaba.

Comencé con un sistema de tablas en word que no me satisfacía para nada, porque resultaba muy complicado hacer que las dichosas tablas encuadraran en cada página. Además, la información del encabezado de cada viñeta era excesiva y poco clara, sin contar que resultaba todo un reto escribirla sin que la tabla se deformase. Este formato lo deseché enseguida... era demasiado complejo y nada práctico:



Tras mucho pensar y visitar tropecientos sitios en la red, encontré un formato que me satisfacía. Me alejaba de la complicación del modelo anterior y daba con la comodidad de escritura y la sobriedad de presentación:



Pero aún no terminaba de estar satisfecho y probé a escribir diferentes guiones haciendo unos cuantos cambios en cada uno, hasta que por fin di con el formato actual. Viva la sencillez, la comodidad y la buena presentación:



lunes, 10 de mayo de 2010

Prefacio de ULDOX, el vikingo

Hace unos años hice el prefacio para ULDOX, el vikingo, de Óscar Arguedas. Como se lo hice de forma gratuita, de la misma forma, el buen Óscar Arguedas me regaló una magnífica ilustración decorando el prefacio. ¿Que aún no conocéis a Uldox? Entonces no dudéis en visitar su web, lanzada desde la mismísima Costa Rica! Pinchad aquí.




Oscar Arguedas. Un gran dibujante de Costa Rica. Sólo quería nombrarle, a modo de homenaje.

Morfología de las viñetas

Otra de las cuestiones fundamentales que, a mi humilde entender, es indispensable para la elaboración de un guión de cómic: la morfología de las viñetas, o cómo indicar el tamaño y distribución de las mismas en cada página. ¿Y por qué fundamental? Porque el ritmo narrativo depende de cómo estén dispuestas las viñetas, ya que son la guía a través de la cual el lector sigue el desarrollo del argumento. Por ejemplo, si se quiere trasladar sensación de velocidad en los acontecimientos, es mejor colocar viñetas más pequeñas porque así se incluye mayor número de imágenes para describir una acción. Los ojos del lector van a moverse deprisa de una imagen a otra buscando el desenlace de una fugaz persecución o un rápido intercambio de golpes en una pelea. Si por el contrario se quiere describir un suceso que transcurre con cierta lentitud, colocaremos viñetas más grandes, en las que incluiremos más texto (o sencillamente colocaremos una larga sucesión de viñetas grandes en las que se describe visualmente lo que ocurre) El hecho de indicar adecuadamente dónde y cómo colocar una viñeta, le otorga al guionista una buena herramienta para enfatizar acciones determinadas o lograr una descripción concisa de cara al lector.

El caso es que cuando comencé a escribir guiones de cómic, necesitaba encontrar la forma de delimitar objetivamente el tamaño y la distribución de cada viñeta. Y tras muchos intentos, encontré la que presento en esta entrada, que me resulta la más rápida de indicar a la hora de escribir el guión y la más objetiva. He probado a enseñárselo a diferentes personas y a todas les lleva su tiempo comprenderlas. Pero una vez asimilado el concepto... todo va como la seda. El único inconveniente que veo es que cuando el dibujante lo lee, cree que no va a tener libertad para dibujar, pero ese inconveniente desaparece en cuanto queda claro que el guión puede modificarse si problema durante el layout.

Entrando ya en detalle, el método en cuestión es el de las fracciones. ¿Fracciones? Sí, señalando si la fracción corresponde a posición vertical u horizontal. Por ejemplo, para señalar en el guión la morfología de la viñeta 1 de ésta página:


 lo señalo con un encabezado así:

PÁGINA 1
Viñeta 1
1/2 V x 1/2 H

Donde "V" es "Vertical" y "H" es "Horizontal" ¿Cómo se visualiza esto ? Así:


Como una imagen vale más que mil palabras, tal vez la siguiente imagen lo explique mejor. Sobre cada viñeta, coloco un cuadro de texto con las fracciones:
 
 
 

domingo, 9 de mayo de 2010

Planos y ángulos

Algo básico para escribir un guión de cómic, es tener presente cómo describir cada viñeta. Y para ello, es fundamental tener presente los diferentes planos y ángulos a utilizar. Éste cuadro es algo elemental, pero a mi me ha servido en varias ocasiones:


Acerca de las herramientas para el guión de cómic...

Hace varios años tomé la firme decisión de aprender a escribir guiones de cómic. No tenía ni la más remota idea de cómo hacerlo, sólo sabía que tenía multitud de ideas y muchas ganas de plasmarlas en cómics. Así que comencé a investigar acerca de los métodos existentes. No tardé mucho tiempo en darme cuenta de que éste es un campo donde "cada maestrillo tiene su librillo". No existe un método estandarizado como puede ocurrir en el guión de cine, donde incluso las acotaciones ya están reguladas, sino que lo fundamental es que el guionista logre explicar al dibujante qué quiere contar y cómo. Esto me obligó a tener que crearme mis propias herramientas, siempre apoyándome en lo que pude fisgonear a través de la red y diferentes libros.

El motivo por el que comparto mis humildes herramientas, es porque agradecí sinceramente aquella información que conseguí de manera gratuita. No en pocas ocasiones me encontré con que para acceder a ver un guión de cómic, explicado al detalle por su autor, había que abonar su correspondiente cuota (algo que comprendo perfectamente pero que no me ayudaba en mi particular carrera por aprender cómo elaborar un buen guión de cómic) En algún momento me vi necesitado de ayuda, pero no pude conseguirla (vaya, tal vez no supe encontrarla). La cuestión es que, tras encontrar pequeñas ayudas gratuitas, me hice con mis propias herramientas y me prometí a mí mismo que un día compartiría, gratuitamente, dichas herramientas básicas para crear un guión de cómic. Y... aquí están. Sólo espero que sean útiles a aquellos novatos que, como yo, buscan abrirse hueco en estas lides creativas.

¡Feliz lectura!

ESCRIBO...

Desde que aprendí a trazar las palabras en un papel, he disfrutado combinándolas para crear historias en forma de relatos, cuentos y poesías. Nadie me enseñó, sólo me ponía frente a una hoja en blanco y las palabras emergían de lo más profundo de mi pensamiento, inexorablemente ligadas a una necesidad vital: comunicar. Esa necesidad ha permanecido en mí como una constante, sin importar los acontecimientos que experimentaba o las lecciones que aprendía. Siempre presente, como los susurros del maestro en la memoria del alumno.
Comunicar... pero exactamente ¿qué? Esa duda ha sido mi respuesta a esa constante, que me ha impulsado a observarla con el escrutinio del explorador. Con cada historia escrita, he comunicado algo nuevo y he percibido que el mensaje incluído quedaba inconcluso, como si se tratara de la pieza de un puzzle. Así es como he descubierto que cada historia conformada, es una parte de un mensaje absoluto que a día de hoy intento comprender. ¿Y sabes qué? Ya he descifrado parte del mensaje. Por eso escribo, cada vez con mayor perseverancia:

"Aún hay esperanza..."